El escritor lorquino, afincado en Jaén, José Luis Alonso Viñegla |
Hace unas semanas, en la Tertulia del Ángelus, la de la sesión sabatina sería, salía a relucir el nombre de nuestro amigo, el escritor lorquino José Luis Alonso Viñegla. Lo mencionábamos de pasada y nos acordábamos como siempre con buen sabor, pues hacía tiempo que no sabíamos de él. Ignorábamos el trance por el que estaba pasando y ayer mismo, echando un vistazo al periódico, nos encontramos con una esquela fúnebre en la que venía su nombre y apellidos. Se nos hizo un nudo en la garganta.
José Luis Alonso Viñegla nació en Lorca el 8 de marzo de 1955, pero por amor se casó y vino a asentarse en Jaén, donde desarrolló su vida profesional y literaria. ¿Quién era Viñegla? Un patriarca, esposo y padre ejemplar al que su familia acompañaba en todas sus empresas, adhiriéndose a él con el fervor de la sangre. Un hombre culto y emprendedor, idealista y comprometido. Escribió en la prensa, compaginando su quehacer literario con sus otras pasiones: su familia y su trabajo.
ESCRITOR: como poeta obtuvo los premios Gemma Internacional de
Poesía (Aranguren-Vizcaya, 1982) y fue finalista del Premio Atlántida de Poesía Castellana, como narrador obtuvo el premio Provincial de Narrativa para
autores noveles otorgado por el Ministerio de Cultura en su edición de 1982, también fue finalista en el
Premio Herralde de Novela, mereció la medalla de Plata de la Academia de las
Ciencias y de las Artes y Letras de Namur (Bélgica), en la modalidad de
narrativa española en 1991, y son muchos más los premios y honores que habría que enumerar.
Entre sus publicaciones figuran “Inquietudes”, “Cuentos a Medianoche”, “La Crónica Perdida del condestable”, “Las aventuras de Malaquías y Malaquiades”, ”Tehodomiro. El último Rey de España” (novela histórica con la que ya alcanzó gran renombre fuera de la provincia de Jaén) y primera parte de la trilogía que continuó con “El manuscrito olvidado” y “La Torre Alfonsí”. Nos contaba, en confidencia, que uno de sus estímulos más grandes para elaborar esta trilogía había sido su lectura de niñez: "Amaya o los vascos en el siglo VIII" de D. Francisco Navarro Villoslada. Y a Manuel Fernández Espinosa, uno de los directores de ÓRDAGO, lo distinguió con el honor de presentar en Jaén "La Torre Alfonsí", en el marco preñado de evocaciones del Hospital de San Juan de Dios.
A la ingente labor literaria, habría que añadirle su contribución a la prensa provincial y, tal vez con mucha probabilidad de acertar, el más emblemático y señero de esos proyectos periodísticos que él mismo encabezó fue la edición semestral de “La
Crónica de Jaén”. Para nutrir de información provincial su revista realizó un
viaje por la provincia, contactando con diversas asociaciones culturales de las distintas localidades jaeneras, buscaba
gente joven que tuviese semejantes inquietudes a las suyas y que estuviesen a la
altura de los proyectos que tenía en mente. Una labor titánica sin duda,
a la que se dedicó con generosidad. Y ahí fue cuando nos encontramos con él.
Angustias Velasco, diputada de Cultura y José Luis Alonso Viñegla, en la presentación de "La Torre Alfonsí", que estuvo a cargo de Manuel Fernández Espinosa. |
POLÍTICO: José Luis Alonso Viñegla compartió el sino de los idealistas que se involucran en política, como Platón en Siracusa, como Ortega y Gasset con la Segunda República Española... José Luis se embarcó en muchos galeones. Nunca fue por oportunismo ni arribismo político, fue por ser un idealista y un alma inquieta que no podía encontrar reposo ante el desolador ambiente de marasmo y corrupción que asolaba y desola nuestra provincia, nuestra Andalucía y nuestra España. Como un Quijote, siempre estuvo convencido de que nunca es bueno permanecer al margen, mientras los mediocres y los bellacos lo destrozan todo. Firme siempre se mantuvo en sus principios españoles y cristianos, pasando por diferentes siglas políticas, sin importarle las guerras de “banderías” que en ese turbio mundo de miserias morales y económicas se promueve y propicia, pues su único afán quijotesco era el de ayudar a la república sirviéndola en donde él mejor sabía desenvolverse: en el terreno de la cultura.
Fue nombrado Cronista Oficial de la localidad de Santiago de Calatrava, y llegó a ser concejal de cultura de dicha localidad santiagueña por el PSOE. Los que le recuerdan, saben de su inmensa labor por mejorar los aspectos culturales de nuestra vecina localidad. Promovió certámenes, mejoró la biblioteca y se desveló por la realización de sendos proyectos culturales que, siempre dentro de sus posibilidades, dieron lo mejor de sí mismo para con sus vecinos. Su solidaridad con las víctimas del terremoto de Lorca, su lucha como candidato a la alcaldía lorquiana fue el último capítulo de esta vida siempre implicada en la cosa política con ideales poco comunes entre esa casta.
Nuestro encuentro con José Luis fue allá por los finales de la década de los noventa. Nuestras vidas se cruzaron, y nuestros proyectos culturales caminaron en paralelo durante algún tiempo. Fuimos colaboradores de “La Crónica de Jaén” y José Luis, en su calidad de Cronista y de escritor, se prestó generosamente para presentar algunas actividades que los miembros de “Cassia” emprendíamos en Torredonjimeno. Siempre generoso, siempre fecundo en ideas, siempre amigo de sus amigos, sin importarle nunca las diferencias y buscando siempre el suelo común.
Siempre lo recordaremos, cuando en cierta reunión del brazo cultural andalucista, Viñegla con nosotros y nosotros con Viñegla protagonizamos un cisma en el seno del Centro de Estudios Históricos de Andalucía (la organización política-cultural que se prestaba a la falsificación de la historia de Andalucía). Por principios sólidos rompimos con aquellos al entender que ni el fundamento cristiano de nuestra civilización ni la europeidad de España podían sacrificarse en las aras de una romántica y suicida visión sesgada de la Historia, la que marcaban los postulados de Blas Infante. Por eso, poco después, con otros amigos de la provincia que compartían nuestra misma convicción José Luis fundó la Asociación Cultural HISPANIA en la ciudad abacial de Alcalá la Real y nuevamente otra publicación, bajo su dirección, pudo ver la luz, reivindicando la verdadera Historia de España, de las inmortales gestas de nuestros antepasados por nuestra libertad.
Ayer, cuando tuvimos noticia de su muerte, quisimos saber más de sus últimos meses en este mundo que para él fue un campo de batalla cultural. Y en su sitio de facebook: El Rincón Literario de Eliocroca, con fecha 12 de febrero de 2013, pueden leerse estas palabras:
"Queridos amigos lectores, esta no es una carta de despedida, sino la de un posible adiós. He estado de médicos desde el día 30 de Agosto de 2011, y han detectado un severo problema en el higado,derivado de una Hepatis crónica. No puedo solicitar el transplante porque no coincido con los cuatro protocolos existentes contra la CIRROSIS HEPÁTICA. Acabo de salir del hospital, y mi vida diaria se reduce a pastillas de todos los colores, cables y sueros.¿ Tiempo de vida?. Lo que si tengo claro es luchar por esa vida que no quiero que se vaya tan pronto, tengo que recuperar hasta el cuarto protocolo. Ahora está dicho."Un mes después, el día 13 de marzo, a la edad de 55 años, nos dejó el amigo, el incansable aventurero, el hombre bueno con el compartimos tantas cosas, hace ahora mucho tiempo: nadie sabe como le vieron partir, pero lo hizo con dignidad.
Ese fue Don José Luis Alonso Viñegla, un hidalgo hacendoso y un hidalgo que enfrentó la muerte con la misma gallardía con la que enfrentó siempre la vida. De la raza que reconquistó una patria invadida, de aquel pueblo que se echó a los mares a buscar fortuna, de aquella sangre que se derramaba para vencer en Flandes, mientras bautizaba a la humanidad irredenta, aquella raza que expulsó al Corso y siempre supo morir.
Recordaremos siempre la alegría que nos transmitía cuando recibía la revista cultural ÓRDAGO, a la que siempre fue un afecto y que, nos confesó, tanto le inspiraba. Recordaremos siempre con cariño al lorquino que hizo de Jaén su casa, conociéndola mejor que muchos jaeneros. Al jaenero que llevaba a gala el serlo, con méritos sobrados como para serlo y más que adoptivo. Recordaremos siempre a aquel amigo de las tertulias, con el puro habano que se apagaba en los largos discursos del soñador, y que tenía que encender, con la copa de coñac y su media melena lacia, que lo mismo podía ser un Espronceda que un Alatriste. Al soñador que salía a su balcón -como nos decía- a mirar las estrellas y ver en el cielo la España que quería en la tierra, respetuosa para con todos y respetada por todos. A ese cristiano que fue Viñegla, sin beaterías. Al patriota que fue Viñegla, sin fanatismos.
Y cuando leamos a Cervantes aquello de "La del alba sería cuando don Quijote salió de la venta, tan contento, tan gallardo, tan alborozado por verse ya armado caballero, que el gozo le reventaba por las cinchas del caballo", te veremos a ti, hidalgo de Lorca, con la lanza y adarga antigua, partiendo de esta venta de la vida en la que tantas noches malas se pasan, como bien sabía Santa Teresa la Brava .
Descansa en Paz, amigo José Luis.
Manuel Fernández Espinosa y Luis Gómez López,
Directores de la Revista Cultural “Órdago” de Torredonjimeno
No hay comentarios:
Publicar un comentario