Un lance en el siglo XVII1866
Óleo sobre lienzo, 168.5 x 230.5 cm. Obra del pintor Franciso Dominogo Marqués
Museo del Prado.
Óleo sobre lienzo, 168.5 x 230.5 cm. Obra del pintor Franciso Dominogo Marqués
Museo del Prado.
Si uno se adentra en la lectura
del libro de Deleito Piñuela “La mala vida en la España de Felipe IV”,
podrá encontrar multitud de anécdotas y datos curiosos de la época. Estas "primicias" no están
desarrolladas y se presentan a lo largo de toda la obra como una sucesión de
acontecimientos similares, unidos en capítulos y extraídos de la numerosa bibliografía existente de la época. Así,
el autor, presenta aspectos sobre los ladrones, las pendencias, las
prostitutas y el sexo, sobre la falsa moral, etc.
En esta ocasión extraigo este
pasaje, que me ha llamado la atención. El suceso tiene lugar en una iglesia de
la época, y contiene todos los ingredientes necesarios para que de él se pueda
realizar una pequeña obra de teatro o una novela, incluyendo el acto homicida y
sacrílego, junto con el componente milagroso del suceso. Cuenta así el
historiador decimonónico:
“Junto a Logroño, en un lugar de la condesa de Siruela, me parece que un
clérigo riñó con un seglar muy mal y le trató de palabra afrentosísimamente.
Viéndose, pues, el lego injuriado, y que la publicidad había sido mucha, y que
no quedaba bien si en público no tomaba satisfacción del clérigo, le esperó en
la iglesia para matarle al tiempo que estuviese diciendo misa. Cargó para esto
una carabina, con otras dos que llevaba de repuesto, para librarse de los que
le siguieron. Dejó puesto un rocín en orden para escaparse. Llegó cuando él
alzaba. Disparó y atravesole el corazón, quedándose muerto en pie y con el
Santísimo en las manos. Acudieron al agresor los unos, que murió luego allí de
repente, sin salir de la iglesia. Los que estaban con el sacerdote le hallaron
inmoble. Revistiose otro de presto; llegó acompañado de luces, y haciendo
reverencia profunda a su Divina Majestad, llegó a sacársele de entre los dedos,
que se le quedaron levantados y la Hostia en el aire si caérsele en el altar, y
apenas se la quitaron cuando dio luego el cuerpo en tierra”.
Lo dicho. Todo lo que se cuente
en las novelas de hoy en día, no es nada con lo que ya ha pasado en la realidad.
Nos siguen llamando la atención algunos sucesos, es cierto, pero no por ser
estos extraordinarios, sino en todo caso, por ser los españoles muy poco leídos
en general.
L. Gómez
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