"Don Luis María Salazar, párroco de Sta. María de Torredonjimeno"
TORREDONJIMENO Y LOS
CURAS: REVUELTAS EN LA LOCALIDAD POR NO DEJAR DAR MISA A UN SACERDOTE NATURAL
DE LA VILLA.
Luis Gómez
El próximo mes de agosto, la Parroquia de Santa María
acogerá un nuevo párroco –D. Enrique Cabezudo Melero-, y nos dejará nuestro
estimado D. Luis María Salazar, que tanto se ha hecho querer por su feligresía.
D. Luis ha sido llamado por nuestro actual obispo de la
diócesis D. Ramón María del Hoyo, para que atienda otras tareas y para que
asuma nuevas responsabilidades en la capital del Santo Reino.
Lo cierto es que aunque D. Luis ha pasado sólo unos pocos
años entre nosotros, su cariño y su buen hacer, ha hecho que se gane y se
granjee el afecto y el cariño de todos los tosirianos.
Al hilo de su inminente marcha, recojo esta curiosa noticia
aparecida en la prensa decimonónica.
Se trata de cómo los tosirianos nos las vemos con el clero,
en caso de que éste no esté por la labor…
En este caso en particular, parece ser que se trató de una
algarada callejera, movida por los parroquianos (se supone que de la collación
de San Pedro) en contra del prior de dicha Iglesia. El Sr. Poyatos, -prior de
la misma- al parecer no cedió, durante la celebración del Oficio Divino, el
puesto al sacerdote local, y eso parece ser que enojó bastante al vecindario,
montando lo que coloquialmente vendría a ser un “pollo”. Todo, afortunadamente y
según relata la noticia, quedó en algo pasajero y nada serio.
Sepa pues D. Luis María, que aquí en Torredonjimeno se le
aprecia y se le quiere como si fuese uno más de nosotros, así que hágaselo
saber a nuestro Obispo, para evitar futuros malentendidos.
"Iglesia de San Pedro de Torredonjimeno. Foto: Órdago"
Dice así la noticia del diario de finales de siglo XIX:
MOTÍN EN TORREDONJIMENO
(POR TELÉGRAFO)
Jaén 13 (5-40 t.).
Ha carecido de
importancia el motín de la villa de Torredonjimeno. El prior Sr. Martínez
Poyato se negó á ceder el pulpito al
sacerdote del pueblo, originándose con este motivo el alboroto. Las turbas
apedrearon la casa del priorato, dando mueras. La guardia civil restableció el
orden.
El gobernador
eclesiástico ha concedido licencia para ausentarse al prior silbado.—
M, corresponsal.
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