DON MARIANO TORRES DE NAVARRA Y GARCÍA DE QUESADA
Por Manuel Fernández Espinosa
Al principio, cuando lo decíamos desde las páginas de ÓRDAGO, muchos nos miraban escépticos. Nadie daba por verosímil que el Reino de Jaén fuese una cantera de carlistas desde la Guerra de los Siete Años (Primera Carlistada) hasta bien entrado el siglo XX. La historiografía oficial había creado toda una imagen deformada del conflicto carlista que recorrió el siglo XIX: al conflicto se le atribuía una razón exclusivamente dinástica y se olvidaba que era algo más que eso, la lucha de una mayoría española contra una minoría extranjerizada que implantaba una concepción del mundo (con las relaciones económicas y sociales de ella derivadas) frontalmente opuesta a la tradición hispánica. La historiografía oficial estaba dispuesta a conceder que en Vascongadas y Cataluña, en Castellón también, hubiera carlismo, pero en el resto de España no, en el resto de España eran todos "cristinos", "isabelinos", "liberales" -así afirmaban, entornando los ojos complacidos en su falsificación histórica; y todavía hay ridículos personajes (las cátedras universitarias están llenas de ridículos personajes) que siguen afirmando esa versión tergiversada de nuestra historia, contra toda evidencia documental. La mayoría carlista que estaba extendida por toda la Península Ibérica fue sumergida, sepultando el heroísmo carlista y hasta los últimos vestigios de aquellas gestas decimonónicas. Sin embargo, nosotros desde ÓRDAGO hemos abierto una brecha difícilmente reparable por los manipuladores de la historia.
Haber nacido en Torredonjimeno ha sido en ese sentido determinante para descubrir la historia carlista a todos los que la tenían perdida. Torredonjimeno es patria chica del brillantísimo general carlista D. Miguel Sancho Gómez Damas, tan destacado en la I Guerra Carlista por su famosa expedición. El hecho de que el General Gómez hubiera nacido en Torredonjimeno, Reino de Jaén, era atribuido a una casualidad: ¿cómo era posible que Andalucía hubiera dado un carlista? Y se creía que era una excepción. Sin embargo, nosotros tuvimos acceso a una tradición que, de la mano del Padre Juan Montijano Chica, nos fue entregada: la indiscutible carlistería de nuestro pueblo y de otros pueblos de la provincia. D. Juan lo sabía de buena tinta, pues su padre había sido Secretario de la Comunión Tradicionalista. Fue de este modo como empezamos a hallar un caso, y otro, y otro caso y... Al final descubrimos lo que nadie quiere admitir: que la inmensa mayoría de regnícolas de Jaén eran carlistas: Castillo de Locubín, Alcalá la Real, Porcuna, etcétera. Es una historia que hemos contado muchas veces, pero nunca lo bastante; pues se ha instalado la mentira histórica por doquier y hemos de desmantelarla a fuerza de evidencias.
En esa línea que tanta satisfacciones nos ha deparado a los que hacemos ÓRDAGO, presentamos hoy a un personaje nacido en Jaén, exponente de dos linajudas familias jaeneras: los Torres de Navarra y los García de Quesada. Fue uno de esos tantos y tantos héroes que ha dado el Santo Reino de Jaén, pero en una época de mercachifles los héroes y los santos están olvidados. Merecería la pena que Jaén recordara a este gran marino y militar y por eso lo presentamos: Mariano Torres de Navarra y García de Quesada.
Don Ramón María Torres de Navarra y Torres de Navarra |
Don Mariano Torres de Navarra García de Quesada era hijo de D. Ramón María Torres de Navarra y Torres de Navarra y doña María del Socorro García de Quesada y López-Pinto, y nieto de D. José Torres de Navarra y Montoro y María Josefa Torres de Navarra y Gordo. D. Mariano nació el 25 de julio de 1845 en Jaén. En tiempos de Fernando VII la familia había sido absolutista, durante el infame Trienio Negro (1820-1823), cuando los conspiradores liberales a sueldo de Inglaterra impusieron una Constitución advenediza a un pueblo que no la quería los Torres de Navarra habían sido, como la mayoría de la nobleza, el clero y el pueblo sanos, refractarios a esa desviación extranjerizante y cuando estalló la Guerra de los Siete Años siguieron militando en las filas de la Santa Tradición. Y la familia, fiel a sus principios, continuó aportando miembros que destacarían en la organización tradicionalista, así D. Ramón María Torres de Navarra sería vicepresidente de la Junta Provincial de Jaén en 1870.
Don Mariano estaría a la altura de sus obligaciones nobiliarias.
A los doce años Mariano Torres de Navarra ingresó en el Colegio Naval Militar y en 1865 ascendió a Alférez de Navío. En 1868 participó en la primera Guerra de Cuba, tomando parte en las acciones de Caimanes, Blanquizal y Cayo de las Damas, en ésta encabezaría una carga a la bayoneta que tuvo como resultado apoderarse de dos banderas de rebeldes. Ascendió a Teniente de Navío el año 1870 y fue nombrado segundo Comandante del vapor "Guadalquivir". En 1871 se le destinó al Departamento Marítimo de Cartagena y allí sofocó la sublevación cantonalista. En 1873 se separó voluntariamente del servicio militar, por entender que no podía servir a otro señor que a su legítimo Rey Don Carlos VII. Fue así como se pasó a las filas carlistas y por su experiencia militar y méritos se le hizo parte del Estado Mayor de la División de Álava del Ejército de la Lealtad. Corriendo el año 1875 participó en los combates de Echevarría y Mendibelza y fue ascendido a Coronel del Ejéricto carlista, luchó también en Zarauz, en Deva y en Motrico contra la escuadra liberal. Bombardeó a los liberales de San Sebastián, de Hernani y del Castillo de Santa Bárbara y participó en la victoria de Mendirrotz. Al terminar la guerra carlista tuvo que acogerse al exilio francés, pero con la amnistía retornó a España, reincorporándose a la Armada con el empleo de Teniente de Navío de Primera Clase.
En su nueva etapa militar estuvo a bordo del crucero "Aragón" tomando parte en las Filipinas en los combates contra los piratas en Mindanao y Joló. En 1884 era nombrado Gobernador de Balabac y en 1887 lo era de las Islas Carolinas, también fue ascendido a Capitán de Fragata. Falleció en Manila, el 5 de abril de 1889.
El caso de D. Mariano Torres de Navarra y García de Quesada es otra prueba más de la vitalidad del carlismo durante el siglo XIX en el Reino de Jaén. Algo que tendrá que ser considerado más tarde o más temprano por los que se niegan a reconocer la identidad carlista de la España del siglo XIX, cuando se aparten a un lado las interesadas versiones historiográficas que obran como justificantes políticas de todos los problemas que a día de hoy sufrimos en España, justo por desconocimiento e ignorancia de nuestra historia y de nuestra identidad sumergida.
MÁS INFORMACIÓN:
FAMILIA TORRES DE NAVARRA, DE JAÉN (en facebook), de donde extraemos las fotografías.
El caso de D. Mariano Torres de Navarra y García de Quesada es otra prueba más de la vitalidad del carlismo durante el siglo XIX en el Reino de Jaén. Algo que tendrá que ser considerado más tarde o más temprano por los que se niegan a reconocer la identidad carlista de la España del siglo XIX, cuando se aparten a un lado las interesadas versiones historiográficas que obran como justificantes políticas de todos los problemas que a día de hoy sufrimos en España, justo por desconocimiento e ignorancia de nuestra historia y de nuestra identidad sumergida.
MÁS INFORMACIÓN:
FAMILIA TORRES DE NAVARRA, DE JAÉN (en facebook), de donde extraemos las fotografías.
Para información genealógica de los Torres de Navarra recomendamos las muy meritorias investigaciones que sobre la materia ha realizado nuestro amigo D. José Carlos Gutiérrez Pérez, historiador y cronista de Jamilena, como por ejemplo "La Batalla de las Navas de Tolosa y la llegada a Jaén de los Torres de Navarra", artículo publicado en la revista "TRASTÁMARA", número 12.
Casa Palacio de los Torres de Navarra en la ciudad de Jaén. |
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