viernes, 4 de octubre de 2013

SAN FRANCISCO DE ASÍS Y LOS COMPAGNONS EN TORREDONJIMENO


SAN FRANCISCO DE ASÍS 
Y UN COMPAGNON FRANCÉS 
EN TORREDONJIMENO

Por Manuel Fernández Espinosa

Hoy celebramos la memoria de San Francisco de Asís. Queremos, primero: felicitar a todos nuestros lectores llamados Francisco de Asís en su onomástica; y, por supuesto, no queremos dejar pasar fecha tan significativa sin celebrarla, por ser San Francisco de Asís un santo tan entrañable para toda la Cristiandad (y hasta para los no-creyentes cultos y sensibles). Y la conmemoramos a nuestro estilo aquí: trayendo a este blog un antiguo milagro atribuido (por la tradición escrita) al santo italiano y realizado en nuestro pueblo. Ello dará lugar a que comentemos algunos particulares que podrán ser del interés de los amantes del "misterio".


"Han sucedido en el territorio de este convento algunas cosas bien dignas de notar, como es en la Villa de Torregimeno, una legua distante de Martos, con habitación de mil vecinos. Sucedió -que estando, miércoles veinte y tres de octubre del año de mil quinientos y ochenta y cinco, Juan Serrano, empedrador francés, dentro de un pozo profundo, limpiándolo porque no tenía agua, ya que se quiso salir con una luz en la mano, el dicho pozo se hundió sobre él, el cual estuvo hasta las diez del día jueves enterrado, aunque vivo. Fueron a sacarlo muchos hombres; oyéndolo hablar y dar voces, tuviéronlo por milagro y, trabajando hallaron sobre él gran cantidad de piedra y tierra. Allá a las cinco de la tarde lo descubrieron, y lo hallaron en medio del pozo en el suelo, sin haber concavidad alguna alrededor, con la luz ardiendo, los pies fijos, y con el sombrero en la cabeza, sin haberse lastimado.
 
Y preguntándolo, respondió, habérsele aparecido Nuestro Seráfico Padre San Francisco hablándole aquel tiempo, y que en él le había consolado."
 
 
Cuando publicamos este pasaje en la REVISTA ÓRDAGO (Septiembre de 1999) admitíamos que en ese momento no sabíamos ubicar el pozo del que se habla en este texto de la "Chronica de la Santa Provincia de Granada, de la Regular Observancia de N. Serafico Padre San Francisco", cuyo autor fue el P. Fray Alonso de Torres O.F.M. (libro publicado el año 1683). Sin embargo, con el tiempo hemos podido constatar que existe en el término municipal un topónimo que muy probablemente haya recogido esta tradición: nos referimos a "Pocito Santo". Cualquier tosiriano familiarizado con nuestro campo sabe el pozo al que nos referimos. Pensamos que en el nombre de "Pocito Santo" se ha conservado a través de los siglos el vestigio de este suceso milagroso que nos relata el franciscano del siglo XVII y que, gracias al hallazgo de este pasaje, hemos recuperado (por tradición escrita) el suceso que originó el topónimo de Pocito Santo.
 
 
El afortunado empedrador del pozo que salvó la vida por milagro de San Francisco de Asís y que, según su testimonio, pudo hablar con el gran santo italiano, se llamaba Juan Serrano. Habíamos identificado a este tosiriano adoptivo en el listado de los varones que ofrecieron el Voto a Perpetuidad a los Santos Patronos Cosme y Damián en 1580. En esta lista aparece su nombre y su oficio, por lo que el personaje está más que identificado. El milagro que protagoniza en 1585 se produce cinco años después del gravísimo catarro pestilencial que, tras el vecindario encomendarse a los Protomártires, se desvaneció y dio motivo a que se formalizara una de nuestras tradiciones más arraigadas, la de nuestros Santos Patronos que hace poco celebramos como todos los años. 
 
 
Podemos decir que la nacionalidad francesa de Juan Serrano (a buen seguro españolizó su apellido) y su oficio de empedrador indican que (más que probablemente, vamos a demostrarlo) Juan Serrano fuese miembro de los llamados Compagnons Étrangers du Devoir de Liberté (los Cofrades Extranjeros del Deber de Libertad). Los Compagnons (Cofrades) formaban una asociación clandestina de gentes de oficios relacionados con la construcción. Como su nombre indica, dicha asociación se había formado para fomentar el compañerismo profesional, transmitiendo los secretos de los oficios entre los que eran admitidos en ella, así como para defender los intereses de sus familias, amparando a las viudas y huérfanos de los miembros pertenecientes a la Cofradía. Aunque eran franceses, estos obreros de la construcción no permanecían fijos en Francia, sino que iban por toda Europa empleándose en la construcción de edificios, sobre todo de carácter religioso; a ellos se deben muchas catedrales góticas en toda Europa y hay algunos investigadores que los relacionan con la llamada "masonería operativa" (aunque sobre masonería existen muchos libros para informarse y también para todo lo contrario). Por su movilidad los compagnones eran denominados "Étrangers" (Extranjeros), también se les llamaba "transeúntes". Tenían un lenguaje secreto, que solo compartían con los iniciados: el llamado "argot". Sus miembros se llamaban entre sí "deberadores" y estaban divididos en tres ramas, simbolizadas por el zorro, el lobo y el perro, siendo la más antigua de las tres la que empleaba como emblema el Sello de Salomón, esto es: la estrella de seis puntas. Cuando trabajaban en alguna obra, solían dejar grabado este emblema como sello y firma profesional. Y así lo podemos constatar en la iglesia de Saint Martin de Limoux o en la Catedral de Alet.
 
 
Teniendo esto en cuenta invitamos ahora al lector a que recuerde (con la fotogafía vamos a tratar de ayudarle) la estrella de seis puntas (ya sabemos que se llama Sello de Salomón) que podemos ver en el empedrado de la lonja de la Ermita de los Santos Patronos Cosme y Damián de Torredonjimeno. Algunos ignorantes afirman que este Sello de Salomón está puesto ahí por judíos. Pero, bueno, nunca falta un tonto para un tiesto.


El sello (enigmático hasta hoy, cuando explico en primicia su origen) está formado por ladrillos y piedras y puesto al pie de la entrada a la ermita. Recordamos ahora que en 1580 el empedrador francés Juan Serrano ya residía en Torredonjimeno y que fue uno de los que se reunieron "a campana tañida" para hacer la promesa de guardar generación tras generación el día de San Cosme y San Damián como festividad de la villa. Recordamos que en 1585 vivió el milagro de su prodigiosa salvación dentro del pozo, que nos cuenta fray Alonso de Torres en su "Chronica". Juan Serrano era francés y empedrador; tiene, por lo tanto, el perfil de uno de esos antiguos Compagnons que recorrían Europa levantando catedrales, iglesias y ermitas. ¿Fue este "compagnon" el que dejó la firma de su Cofradía en la ermita de San Cosme y San Damián? Eso no lo sabemos, puesto que podrían existir más "franceses" y "compagnones" en el vecindario tosiriano de la época, pero lo que sí tenemos claro es que el Sello de Salomón está hecho por ellos.


Este sello (aunque normalmente relacionado con la comunidad judía) está presente en el pavimento de nuestra ermita local por obra y arte de los Compagnones afincados en Torredonjimeno, uno de los cuales (si no era el único) fue Juan Serrano.


Sello de Salomón, emblema de los Compagnons, en la lonja de nuestra Ermita de San Cosme y San Damián. Foto de Luis Gómez

2 comentarios:

  1. Hola, les escribo porque estoy muy interesado en la ruta nacional de Agosto al parque de Vinuesa que ofrecen ustedes en el siguiente enlace: http://www.cdsf.org/spip/article.php?id_article=984
    Pero aunque he escrito dos veces al correo cdsf.es@gmail.com manifestando mi interés no me han contestado.

    Me gustaría recibir más información sobre esta ruta y preguntarles algunas dudas. Espero su respuesta. Saludos y muchas gracias.

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  2. Estimado Señor Torres: Nosotros no somos organizadores de esa actividad y no tenemos más información sobre ella que la que usted ha aportado. Este artículo, en efecto, trata de los Compagnones, pero desconocía que existiera evento.

    Sentimos no poderle satisfacer su demanda de información. Y disculpe que hayamos tardado en responderle, pero por motivos laborales nos asomamos muy poco a nuestro blog.

    Atentamente y deseándole suerte, reciba un cordial saludo.

    Administrador: Manuel Fernández

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