miércoles, 2 de octubre de 2013

EL FORCÍN-FORZÓN DEL SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE CONSOLACIÓN

Retrato apócrifo de Diego López Pacheco
 
 
 
LA FOTOGRAFÍA DEL RETRATO,
DESAPARECIDO DESDE 1936,
DE DON DIEGO LÓPEZ PACHECO

 
Por Manuel Fernández Espinosa
 
 
La primitiva ermita de Nuestra Señora de Consolación (la actual sacristía del Santuario) conoció varias ampliaciones hasta que llegó a presentar el aspecto que hoy conocemos. Sabemos por la tradición que el generoso mecenas de las primeras obras fue Diego López Pacheco (1456-1529) que era Marqués de Villena, Duque de Escalona, Conde de Santisteban de Gormaz y Señor de Osma y Capitán General de la Frontera de Granada, como así consta en letras góticas en la hoy sacristía del Santuario:
 
"Esta obra mandó facer el muy magnífico señor don Diego López Pacheco, duque de Escalona, marqués de Villena, conde de Santisteban, mayordomo mayor de la reina nuestra señora estando por capitán general en esta tierra frontera del reino de Granada, por los muy altos e muy poderosos esclarecidos príncipes don Fernando e..."
 
Y es de presumir que la leyenda terminara rezando "Isabel".
 
Según afirma la leyenda tradicional Don Diego López Pacheco erigió el Santuario en gratitud a la Virgen de Consolación, a la que se encomendó antes de entrar en una batalla de donde salió malherido, pero a salvo. Es una cuestión polémica identificar la fecha y localización de la batalla, pero lo que la tradición afirma es que el prócer de este Santuario lo hizo movido por el agradecimiento a Nuestra Señora de Consolación, por entender que su oración había sido atendida por la Santísima Virgen.
 
D. Diego López Pacheco fue un hombre de su época, caballero, pero con inquietudes humanísticas. Se sabe que era un ferviente lector de Erasmo de Rotterdam y fue generoso también con personajes de la cultura y la religión de su época, patrocinando algunas obras literarias de temática mística y ascética: como el "El Tercer Abecedario" del franciscano Francisco de Osuna o el "Diálogo de la doctrina cristiana" de Juan de Valdés. Esta inclinación por la religiosidad, tan habitual en los nobles de la época, puede explicar que prestara apoyo (en 1523) a Pedro Ruiz de Alcaraz, dándole cobertura en su castillo de Escalona. Digamos que Ruiz de Alcaraz fue uno de los principales cabecillas del movimiento herético de los Alumbrados y en los dominios de D. Diego López Pacheco llegó a gozar de fama de santidad, agremiando a muchos incautos a su secta. Pero los tratos del Duque de Escalona con Pedro Ruiz de Alcaraz fueron posteriores a la edificación de nuestro Santuario.
 
Era costumbre que los potentados señores que mandaban edificar un Santuario como el nuestro dejaran constancia de su esplendidez. Don Diego López Pacheco fue uno de los más destacados en las guerras contra el moro de Granada, sirviendo a la Reina Isabel la Católica de Castilla. Mostró la prodigalidad de su alta alcurnia sufragando las obras de nuestro Santuario y quiso ser recordado, con la "tarjeta de presentación" que dejó en la sacristía y, según nos informa D. Juan Montijano de la Chica, dejando un retrato suyo.
 
Este retrato desapareció en la Guerra Civil de 1936-1939. Nuestros antepasados le llamaban cariñosamente el "Forcín-Forzón". Según la descripción que nos proporciona D. Juan Montijano: "era un cuadro de unos dos metros de alto y que constituía un lienzo, al óleo, de mediocre mérito artístico, pero de gran valor documental e histórico, que según opinión de técnicos en el arte pictórico, era de la primera mitad del siglo XVIII"" (Juan Montijano, "Historia de la Ibérica Tosiria", pág. 86).
 
Haremos bien en atribuir a errata que D. Juan fechara el cuadro en "la primera mitad del siglo XVIII". Por el atuendo y las trazas del caballero que presentamos en la fotografía de arriba, más bien podríamos estar hablando de un cuadro de la segunda mitad del siglo XVII. En ese sentido, no podemos pensar que estemos ante un verídico retrato al natural de D. Diego López Pacheco, pues el retratado vivió a caballo de los siglos XV y XVI; pero también tendríamos que contemplar la posibilidad de que ésta fuese una pintura realizada en el siglo XVII (sí), pero para la que su autor pudo basarse -no era nada extraordinario en la época- en un retrato más antiguo.
 
El texto laudatorio que puede verse a la izquierda del retrato decía:
 
"Retrato de don Diego López Pacheco, conde de Santisteban, marqués de Froilana, mayordomo mayor de la Reina, capitán general siendo Granada frontera de moros. Ganó una batalla por lo que edificó esta ermita de Nuestra Señora de Consolación, año 1458".
 
La imagen que presentamos en esta entrada es la del "Forcín-Forzón" que, antes de ser destruido con los furores de la Guerra Civil, fue fotografiado por D. Enrique Romero de Torres (1872-1956), el hermano del famoso pintor cordobés, que anduvo por nuestra provincia en las primeras décadas del siglo XX inventariando nuestro patrimonio. 

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