ÓRDAGO N º 9. MARZO DE 2005
Traíamos a la portada del número 9 de la revista Órdago el retrato de un oficial español con la vestimenta de época. La instantánea está firmada por los fotógrafos Otero y Colominas, que tenían su estudio en la ciudad de la Habana en la C/ San Rafael número 32. La fecha: 1898.
Lamentablemente los actuales dueños del retrato fueron incapaces de identificar al personaje. Pero eso no fue obstáculo para que la dirección de la revista estimase que el retrato de un soldado español de ese talle, viniese a ilustrar la portada de Órdago. Sirva su retrato como homenaje a todos los soldados españoles que perdieron la vida en la Guerra de Cuba y Filipinas.
Abríamos la revista con la noticia del fallecimiento del artista tosiriano y Socio de Honor de la Asociación Cultural Cassia, D. José López Arjona. Nuestro querido paisano había sido el artista que diseñó las vidrieras de la actual Iglesia de San Pedro Apóstol, suyos son asimismo los dibujos que ilustraron publicaciones que nuestros mayores aún conservan en su memoria, tales como “Hemos visto al Señor” “Guirnaldas de la Historia”, etc. En sus últimos años antes de jubilarse fue profesor en el I.E.S. Santo Reino de la localidad. D. José López Arjona siempre será recordado entre la gente de bien de la localidad por ser ante todo un hombre bueno.
Manuel Fernández Espinosa nos hablaba en su artículo sobre la Masonería en Jaén, y en concreto de la logia tosiriana Unión Fraternal de Torredonjimeno. En el trabajo se establecían las conexiones entre las logias Acacia de Alcalá la Real y la Unión Fraternal de la localidad.
El escritor y Cronista Oficial de Santiago de Calatrava José Luis Alonso Viñegla reproducía en Órdago unas cartas de un vecino de la localidad de Santiago de Calatrava, que fue soldado allá por las postrimerías del siglo XIX y desde Manila enviaba sus misivas a su padre, recreándose en detalles curiosos, tocantes al conflicto colonial que le tocó vivir. Aprovechábamos asimismo la ocasión que nos brindaba el tema de la guerra de Cuba y Filipinas, para ofrecer otros documentos y testimonios más próximos a nuestra localidad, como el caso de “La fuga de Eleuterio” -un soldado de Valdepeñas de Jaén, capturado en Cuba por los rebeldes que logró escapar del campo de concentración en que estaba confinado.
Manuel Fernández Espinosa nos ilustraba en este número nueve de Órdago con la semblanza de uno de los poetas tosirianos más olvidados por la oficialidad municipal: D. Francisco de Paula Ureña Navas. Hombre de excepcionales cualidades fue en su tiempo un gran escritor y un gran poeta, con reconocimientos varios de sus contemporáneos. La Guerra Civil puso fin a su fructífera carrera, arrebatándole la vida. No fue el único asesinado D. Francisco, sino que tres de sus hijos también fueron asesinados por las milicias rojas: uno en Madrid con su padre y dos en el término municipal de Martos.
Luis Gómez López nos ofrecía en esta ocasión un dato sobre la presencia de D. Miguel de Cervantes en la localidad tosiriana. Esto lo realizaba en el artículo titulado “Algunos datos sobre la estancia de Miguel de Cervantes en el Reino de Jaén y su paso por Torredonjimeno”. El artículo venía así ha cumplir con este insigne escritor en el año del “centenario”.
El Grupo Vernácula ofrecía la posibilidad de rememorar a nuestros lectores sobre como era el retablo mayor del malogrado Convento de la Victoria, desaparecido junto con las tallas de Beatos Nicolás Longobardo y Gaspar Bono -de la Orden de Frailes Mínimos de San Francisco de Paula; todo ello devastado durante la Guerra Civil a manos de los incendiarios iconoclastas del Frente Popular.
Luis Gómez, volvía a insistir en un tema de crucial importancia para el patrimonio monumental de la localidad: Los molinos harineros. Después de haber visto como desaparecía el ubicado a la vera del puente romano tras su canalización, era necesario que se recordara constantemente que otros monumentos hidráulicos de igual valor pueden correr el mismo riesgo de derrumbe o desaparición si no se hace nada para conservarlos.
El Cronista Oficial de Torreperogil ofrecía en primicia para los lectores de Órdago un artículo que sacaba a la luz los lazos de sangre existentes entre las localidades de Sabiote y Torredonjimeno, merced al estudio de uno de sus hijos, en concreto la biografía de D. Pedro Antonio de Villena y Coca.
Los directores de la revista publicaban conjuntamente un interesantísimo trabajo sobre los orígenes del movimiento obrero en Torredonjimeno. Lleno de oscuridades y de tópicos, el movimiento obrero ha sido utilizado en la actualidad por la izquierda política de forma abusiva, como si de un patrimonio exclusivo se tratase y no hubiese habido respuestas similares de parte, por ejemplo, de la Iglesia. El estudio ofrece en el caso de Torredonjimeno documentos inéditos que vinculan los orígenes de este incipiente movimiento en la localidad a la Iglesia Parroquial Mayor de San Pedro Apóstol de Torredonjimeno, donde surgió un Círculo de Obreros Católicos. El documento de su Inauguración es imprescindible para investigadores serios que quieran, a partir de nuestro descubrimiento, ahondar más en esta interesante parte de la Historia del Movimiento Obrero, silenciada interesadamente por los demagogos de extrema izquierda.
Terminaba así un nuevo número de la revista. En la contraportada dábamos las gracias a colaboradores que nos brindan su apoyo y material, sin cuya estimable cooperación Órdago no sería lo mismo. Quedábamos así satisfechos del trabajo realizado y listos para empezar a trabajar en el siguiente número.
Traíamos a la portada del número 9 de la revista Órdago el retrato de un oficial español con la vestimenta de época. La instantánea está firmada por los fotógrafos Otero y Colominas, que tenían su estudio en la ciudad de la Habana en la C/ San Rafael número 32. La fecha: 1898.
Lamentablemente los actuales dueños del retrato fueron incapaces de identificar al personaje. Pero eso no fue obstáculo para que la dirección de la revista estimase que el retrato de un soldado español de ese talle, viniese a ilustrar la portada de Órdago. Sirva su retrato como homenaje a todos los soldados españoles que perdieron la vida en la Guerra de Cuba y Filipinas.
Abríamos la revista con la noticia del fallecimiento del artista tosiriano y Socio de Honor de la Asociación Cultural Cassia, D. José López Arjona. Nuestro querido paisano había sido el artista que diseñó las vidrieras de la actual Iglesia de San Pedro Apóstol, suyos son asimismo los dibujos que ilustraron publicaciones que nuestros mayores aún conservan en su memoria, tales como “Hemos visto al Señor” “Guirnaldas de la Historia”, etc. En sus últimos años antes de jubilarse fue profesor en el I.E.S. Santo Reino de la localidad. D. José López Arjona siempre será recordado entre la gente de bien de la localidad por ser ante todo un hombre bueno.
Manuel Fernández Espinosa nos hablaba en su artículo sobre la Masonería en Jaén, y en concreto de la logia tosiriana Unión Fraternal de Torredonjimeno. En el trabajo se establecían las conexiones entre las logias Acacia de Alcalá la Real y la Unión Fraternal de la localidad.
El escritor y Cronista Oficial de Santiago de Calatrava José Luis Alonso Viñegla reproducía en Órdago unas cartas de un vecino de la localidad de Santiago de Calatrava, que fue soldado allá por las postrimerías del siglo XIX y desde Manila enviaba sus misivas a su padre, recreándose en detalles curiosos, tocantes al conflicto colonial que le tocó vivir. Aprovechábamos asimismo la ocasión que nos brindaba el tema de la guerra de Cuba y Filipinas, para ofrecer otros documentos y testimonios más próximos a nuestra localidad, como el caso de “La fuga de Eleuterio” -un soldado de Valdepeñas de Jaén, capturado en Cuba por los rebeldes que logró escapar del campo de concentración en que estaba confinado.
Manuel Fernández Espinosa nos ilustraba en este número nueve de Órdago con la semblanza de uno de los poetas tosirianos más olvidados por la oficialidad municipal: D. Francisco de Paula Ureña Navas. Hombre de excepcionales cualidades fue en su tiempo un gran escritor y un gran poeta, con reconocimientos varios de sus contemporáneos. La Guerra Civil puso fin a su fructífera carrera, arrebatándole la vida. No fue el único asesinado D. Francisco, sino que tres de sus hijos también fueron asesinados por las milicias rojas: uno en Madrid con su padre y dos en el término municipal de Martos.
Luis Gómez López nos ofrecía en esta ocasión un dato sobre la presencia de D. Miguel de Cervantes en la localidad tosiriana. Esto lo realizaba en el artículo titulado “Algunos datos sobre la estancia de Miguel de Cervantes en el Reino de Jaén y su paso por Torredonjimeno”. El artículo venía así ha cumplir con este insigne escritor en el año del “centenario”.
El Grupo Vernácula ofrecía la posibilidad de rememorar a nuestros lectores sobre como era el retablo mayor del malogrado Convento de la Victoria, desaparecido junto con las tallas de Beatos Nicolás Longobardo y Gaspar Bono -de la Orden de Frailes Mínimos de San Francisco de Paula; todo ello devastado durante la Guerra Civil a manos de los incendiarios iconoclastas del Frente Popular.
Luis Gómez, volvía a insistir en un tema de crucial importancia para el patrimonio monumental de la localidad: Los molinos harineros. Después de haber visto como desaparecía el ubicado a la vera del puente romano tras su canalización, era necesario que se recordara constantemente que otros monumentos hidráulicos de igual valor pueden correr el mismo riesgo de derrumbe o desaparición si no se hace nada para conservarlos.
El Cronista Oficial de Torreperogil ofrecía en primicia para los lectores de Órdago un artículo que sacaba a la luz los lazos de sangre existentes entre las localidades de Sabiote y Torredonjimeno, merced al estudio de uno de sus hijos, en concreto la biografía de D. Pedro Antonio de Villena y Coca.
Los directores de la revista publicaban conjuntamente un interesantísimo trabajo sobre los orígenes del movimiento obrero en Torredonjimeno. Lleno de oscuridades y de tópicos, el movimiento obrero ha sido utilizado en la actualidad por la izquierda política de forma abusiva, como si de un patrimonio exclusivo se tratase y no hubiese habido respuestas similares de parte, por ejemplo, de la Iglesia. El estudio ofrece en el caso de Torredonjimeno documentos inéditos que vinculan los orígenes de este incipiente movimiento en la localidad a la Iglesia Parroquial Mayor de San Pedro Apóstol de Torredonjimeno, donde surgió un Círculo de Obreros Católicos. El documento de su Inauguración es imprescindible para investigadores serios que quieran, a partir de nuestro descubrimiento, ahondar más en esta interesante parte de la Historia del Movimiento Obrero, silenciada interesadamente por los demagogos de extrema izquierda.
Terminaba así un nuevo número de la revista. En la contraportada dábamos las gracias a colaboradores que nos brindan su apoyo y material, sin cuya estimable cooperación Órdago no sería lo mismo. Quedábamos así satisfechos del trabajo realizado y listos para empezar a trabajar en el siguiente número.
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