lunes, 13 de julio de 2009

ÓRDAGO Nº 12: LA REVISTA CULTURAL DE TORREDONJIMENO


ÓRDAGO N º 12, MARZO DE 2009

Apenas había comenzado el año 2009 y ya estábamos en la calle. Órdago no quería perderse la Semana Santa de ese año, y como si de un paso tradicional más se tratase, ahí estaba en los quioscos Órdago para deleite de lectores y seguidores.

Abríamos la revista con la noticia del acto de las “I Jornadas sobre Augusta Gemella Tuccitana” que nuestro amigo y colaborador J. Carlos Gutiérrez organizó junto a la “Asociciación Cultural Cassia” de Torredonjimeno en el castillo de la localidad. Un acto importante y lleno de contenido que interesó a los muchos asistentes que allí concurrieron. Parece mentira que unas poblaciones como son Jamilena, Martos y Torredonjimeno, tan llenas de historia en común, tengan tan pocos actos de este tipo en el que se debata los aspectos que nos unen y lo mucho que nos queda todavía por descubrir.

Debajo, en la misma página, la noticia del fallecimiento de otro tosiriano ejemplar: Cristóbal Liébana López. Amigo y seguidor de Órdago desde sus comienzos, el fallecimiento de Cristóbal es una sensible pérdida para todos los hombres de bien que lo conocimos. Descanse en Paz.

Continuábamos en este número publicando sobre la Guerra de la Independencia. Si bien el centenario de la Batalla de Bailén se dio el año 2008, durante seis años más estuvieron presentes las tropas de ocupación napoleónicas en la península, así que se publicaron en primicia una serie de cartas inéditas hasta la presente en las que los combatientes remitían epístolas a sus familiares en los pocos ratos de paz que les quedaba entre el combate y las marchas.

Luis Gómez nos reproducía un documento del Archivo Municipal que hacía alusión a unos presuntos espías que al parecer fueron vistos durante esas fechas del 1808 en la localidad. Después de ser entrevistadas todas las mujeres que presenciaron a los hombres sospechosos de espías, el caso quedaría visto y resuelto por las autoridades municipales de la época. ¿Qué fue lo que ocurrió en realidad?, es una incógnita que todavía no está resuelta.

Luis Ortega Vegas nos recordaba la memoria de uno de los practicantes con más veteranía de la localidad, D. Antonio Ortega Ocaña. El artículo, de carácter emotivo, nos trasporta a las épocas en las que todavía estaba activo el igualatorio de la localidad, y en la que los practicantes, a lomos de sus “vespas” recorrían las calles de nuestro pueblo “pinchando” a los enfermos.

Cambiando totalmente de tema, Luis Gómez nos recuerda la vinculación taurina de Torredonjimeno. No sólo libros sobre toreo y arte de montar a la jineta se escribieron en la localidad, sino que es Torredonjimeno cuna de rejoneadores de mucho postín y renombre, sobre todo allá por las postrimerías del s. XXVII, cuando el toreo ecuestre era sólo apto para la nobleza. En el trabajo, el autor nos presenta a la figura de Juan del Prado y Valenzuela, del cual en su día, hasta romances se escribieron. Se recobraba así con este artículo la memoria de otro personaje importante de nuestro pueblo, que olvidado desde que fuese recuperado por el historiado Manuel Caballero Venzalá, nadie más había recaído en él.

Manuel Fernández nos hablaba en su artículo de la tradición del toro de San Marcos, y la vinculación que dicha fiesta tenía en la localidad. Explicaba el autor del texto además la relación que dicha festividad tenía con la romería o festividad de la Virgen de Consolación. Se explicaría de esa forma la presencia de la Cofradía de Pastores en la tradición de la Patrona de Torredonjimeno. Es como siempre, un punto de vista novedoso y en el que nadie había recaído hasta ahora.

J. Carlos Gutiérrez nos ilustraba con un estudio sobre las capillas de los Villalta en Torredonjimeno. Explicaba el autor la presencia del castillo que se aprecia en los restos que del escudo de los Villalta aparecen en la portada lateral de la Iglesia de Santa María, y que un día fueron la puerta principal del palacio de los Villalta. Dichas armas son de los Valencia, familia de la madre del comendador, y no las erróneas versiones que hasta el presente trabajo se han dado del mismo.

Manuel Fernández nos ilustraba en este número 12 de Órdago con un trabajo sobre los gemelos en la tradición histórica, y como esas tradiciones se verán reflejadas en la devoción que Torredonjimeno presta a los Santos Cosme y Damián. No sólo nos hablará de ello, sino que en el artículo se reproduce en primicia parte de un milagro supuestamente realizado por los Santos Patronos, y que recogió en su día el historiador franciscano Juan Lendínez en su más que citada obra inédita, Augusta Gemella Ylustrada...

Luis Gómez nos recordaba en su artículo “El nombre de Torredonjimeno en las Fuentes Bibliográficas” los sucesivos nombres por los que ha pasado la localidad según el testimonio escrito de las distintas fuentes. Se incluía en este trabajo el nombre musulmán con el que se conoció a Torredonjimeno dándose una explicación al posible topónimo. Es una hipótesis de trabajo que hasta ahora nadie se había aventurado a dar. Esperemos que en sucesivos libros o publicaciones algunos historiadores puedan abundar más en estos temas ahora que el camino está abierto.

Para concluir este interesante número 12 de Órdago, reproducíamos en primicia una foto de la que fuera la novia del Alférez Palomo. En el anterior número se mencionaba a nuestro paisano, muerto en la Guerra de África. En esta ocasión, y merced a la gestión de los amigos de Órdago, éramos capaz de poner rostro a la que fuera quizás el primer amor de este héroe tosiriano.

Para concluir, en el apartado de Memoria Fotográfica de Torredonjimeno, dos alcaldes y una corrección. En el libro VIDAS DE LA IBÉRICA TOSIRIA, de los autores Luis Gómez y Manuel Fernández, en la entrada correspondiente al alcalde D. Manuel Gutiérrez, publicaron la foto de otro paisano que también fue alcalde, la de Lorenzo Gómez. En esta ocasión, y para enmendar el fallo, reproducíamos la foto de cada uno de los ediles municipales y sus respectivos nombres, para que no hubiese lugar a dudas.

Una vez más se terminó la revista. Y ya están calientes los siguientes artículos que vendrán a llenar de contenido el próximo número. ¿Cuándo verá la luz? Esa pregunta no es de fácil respuesta, pues como habrá podido observar el atento seguidor de Órdago, la periodicidad no es una constante que obligue a los redactores de Órdago. Saldará, no obstante, cuando Dios quiera, pero saldrá.

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