CAPILLA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ DE LOS SERRANO DE AGUILERA

ACTUAL CAPILLA DEL SANTÍSIMO DE SANTA MARÍA, ANTIGUA CAPILLA ENTERRAMIENTO DE LOS SERRANO DE AGUILERA Y OTROS


En el llamado comúnmente Catastro del Marqués de la Ensenada, entre el vecindario hijodalgo de Torredonjimeno figuran descendientes de Don Gonzalo Serrano de Aguilera. Fundó Don Gonzalo Serrano de Aguilera la Obra Pía en sus casas de la Puerta de Córdoba, para dar de comer tres veces a los peregrinos que, con legítimos despachos, transitaban por la villa tosiriana a romerías.

Este piadoso hijodalgo erigió en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Concepción la capilla-enterramiento de su Noble Casa y puso el título de Capilla de Jesús, María y José a la que hoy es Sagrario de la iglesia parroquial.

En la clave del gran arco que da acceso a esta noble capilla podemos contemplar el escudo de armas de Don Gonzalo, sostenido por angelotes, el escudo es de contorno hispano-francés, con yelmo de hidalgo empenachado.

En el cuartel de la derecha del escudo vemos en campo de plata, un león rampante de sable, coronado de lo mismo y contornado, superado de cinco flores de lis, puestas en sotuer. En el cuartel de la izquierda "en campo de oro, una torre, mazonada y esclarecida, cimada en su homenaje por un águila al natural, con las alas desplegadas, y saliente del costado de la torre, un brazo armado y moviente, que porta una espada en actitud de defender la torre."

Orlando el contorno del escudo encontramos una bordura de plata que lleva la divisa de la Familia:

A NINGUNO DE ESTA VIDA YO ME DIERA, SI A MI MISMO REY NO FUERA

Toda una declaración de principios acorde con los ideales más altos de la España católica y monárquica de la Casa de Austria.

En el suelo de dicha capilla se hayan buena parte de los restos mortales de aquellos Serrano de Aguilera. Pero es curioso saber que, en el siglo XVIII, un peregrino asturiano que pasaba por Torredonjimeno y que murió en la Obra Pía instituida por Don Gonzalo, fue sepultado con aquellos nobles como mandaban las cláusulas de la Obra Pía que era sepultura no sólo de una de las familias más principales de Torredonjimeno, sino también tumba de todos aquellos peregrinos que, sin importar su sangre, pasaban por la villa.