Este artículo se publicó por primera vez en el nº 13 de la Revista Cultural Órdago de Torredonjimeno en Febrero de 2013.
EL MARINO DE ORÍGENES TOSIRIANOS D. MIGUEL DE OQUENDO Y MOLINA Y SU
VINCULACIÓN CON TORREDONJIMENO.
Luis Gómez López,
Co-director de Órdago
"Partida de Bautismos de Ana de Molina. Archivo Parroquial de Santa María de Torredonjimeno"
Sobre el nacimiento
de Ana de Molina Hernández.
La Península española, rodeada casi
en su totalidad por mar, ha ofrecido al mundo desde tiempo inmemoriales marinos
de talla excepcional. Basta mirar hacia el pasado para encontrarnos con la saga
de los “Hermanos Pinzón”, acompañantes del Almirante Colón en su
“Descubrimiento de América”, el no menos esforzados D. Álvaro de Bazán, marqués
de Santa Cruz, en época imperial, o los bravos Churruca y Blas de Lezo, en los
siglos XVIII y XIX y así un largo etcétera que sería prolijo enumerar. De todas
las costas y de todos los territorios han salido marineros de talla
excepcional. Lo que no muchos conocían es la procedencia de tierras de
interior, de Jaén, y Torredonjimeno, para ser más concretos, del que será el
tercero de los Oquendo, familia de marineros de renombre donde los haya, más
estimados en San Sebastián, -donde residieron habitualmente y tenían sus
posesiones- que en Torredonjimeno, donde hasta ahora nadie se había acordado de
ellos. ¿Cómo es posible esta vinculación? ¿Qué los une a Torredonjimeno?
En el año 1581
contraen matrimonio en la iglesia de Santa María de Torredonjimeno la pareja
formada por Miguel de Molina y Lucía Hernández, “vecinos del Corral de
Caraguel”,[i] según
consta en la partida de desposorios del Archivo Parroquial de Santa María de
Torredonjimeno.
El Corral de
Caracuel, es una pequeña aldea dentro de las tierras que la Orden de Calatrava
tenía en la vecina Ciudad Real. Con el tiempo, esta pequeña aldea formará parte
de lo que terminará por llamarse Corral de Calatrava.
Desconocemos las circunstancias por las cuales
el matrimonio Molina y Hernández viajan a Torredonjimeno, pero la coincidencia
del apellido Hernández en la esposa de uno de los testigos, “Ana Hernández”,
que estaba casada con “Juan de Arrabal”, así como la presencia en el
asiento del otro testigo, “Cristóbal Ruiz Naranjero”, hace posible que
el traslado a estas latitudes del citado matrimonio fuese porque ya existían
con anterioridad establecidos en Torredonjimeno algunos familiares, y estos
buscasen en ellos el acomodo o la ayuda que les pudiesen prestar.
"Partida de desposorios de Miguel de Molina. AHP Santa María de Torredonjimeno"
Más información
sobre este matrimonio nos lo aporta el estudio que se realizó por parte de la
Orden de Santiago al indagar sobre la nobleza e hidalguía de los ascendentes
maternos de D. Miguel de Oquendo, hijo de D ª Ana de Molina, los cuales quedan
reflejados en el testamento que hiciera su padre, D. Antonio de Oquendo, al
establecer cláusula para ceder el hábito de Santiago a su hijo D. Miguel de
Oquendo y Molina, en el cual se dice: “Que la nobleza de D ª Ana de Molina,
natural de la villa de la Torre de Don Ximeno, no vino plenamente probada, en
cuyos defectos necesita dispensación de Su Santidad para poder obtener la dicha
merced y de cédula de legitimación de V. Magd”,[ii]
para a continuación agregar en el escrito que: “El Consejo, atendiendo a los
muchos y particulares servicios que el Almirante General D. Antonio de Oquendo,
padre del pretendiente hizo a V. Magd. y a esta Corona, que a V. Magd. deben de
ser presentes, los pone en consideración de V. Magd. para que siendo V. Magd,
serbido, que se escriba la carta ordinaria al Embaxador de Roma para que pida a
Su Santidad dispensación de los dichos defectos, los ordene V. Magd. para que
el Consejo las remita a sus Reales Manos y mande se le dé la cédula de
legitimación, V. Magd. ordenará lo que más conbenga a su Real serbicio. Madrid,
7 de abril de 1644”.[iii]
Con lo cual podemos deducir que los antepasados de D. Miguel de Molina no
pertenecían al estado noble ni mucho menos, aunque si podemos aventurar que al
menos fuesen “cristianos viejos”, pues no se entendería de otra forma el
otorgamiento del hábito de caballero de la Orden de Santiago a un individuo que
no reuniese dicha particularidad.
Lo que si podemos
afirmar es que los tosirianos Juan de Arrabal y Cristóbal Ruiz Naranjero[iv]
pertenecían a familias de caballeros cuantiosos de Torredonjimeno, y la
presencia de estos potentados en la firma de una partida de matrimonio nos
indica que los Molina y los Hernández bien podían ser, si no nobles, si que
familias bien asentadas en su tierra natal o al menos con cierta influencia.
Torredonjimeno durante
la segunda mitad del siglo XVI experimentó un cierto florecimiento merced a la
independencia de Martos y gracias al otorgamiento de la “Carta Villa”,
hecho este que hizo que se produjera un aumento de la población en la
localidad, y esta circunstancia sirvió de imán para la avenida de forasteros, y
sobre todo mejoró el tránsito de los caballeros de la Orden de Calatrava por
sus dominios andaluces. Muchos fueron los que se asentaron en aquel
Torredonjimeno del mediados del XVI, algunos de los cuales venían en busca de
mejores oportunidades y tierras las cuales la vieja Castilla ya no podía
ofrecerles en esos momentos.
Es precisamente por
aquellos años cuando más se trabaja en la construcción del templo de San Pedro,
ya que afirma el profesor Ureña Uceda “a partir de 1580, y con don Francisco
de Sarmiento como nuevo prelado de la diócesis, el proceso constructivo
cobraría un nuevo impulso”[v],
no sólo en el templo parroquial se notará dicho impulso, porque por aquellas
mismas fechas, Torredonjimeno comenzaría a erigir lo que luego será la ermita
de San Cosme y San Damián, una vez superado el brote de gripe catarral que
asoló estos parajes en ese periodo.
El matrimonio así
formado tendrá abundante descendencia y pronto le alumbrarán primero una hija
de nombre Sebastiana (1583), después Miguel (1590) María, (1593), Juan, (1596)[vi]
y diecisiete años más tarde el matrimonio Molina y Hernández vuelve aparecer en
los libros parroquiales, en concreto en el mes de marzo del año 1598, en el
libro 4 º de bautismos podemos leer: “Sábado diez días del mes de marzo del
año de mil quinientos noventa y ocho años, baptizo yo, Francisco Cañada cura, a
Ana, hija de Miguel de Molina y de Luzia Fernández su muger. Fueron sus
padrinos Juan de Arrabal Ruiz y Ana Ximénez su mujer”[vii],
aún le nacería otra hija al matrimonio en el año 1603 a la cual se le impondrá el nombre de la
madre: Lucía
"Vistas del Convento de Carmelitas de Jaén, donde ingresaría Ana de Molina"
Es por ello que
encontramos una diferencia sustancial en la entrada que el “Diccionario
Heráldico y Genealógico de Apellidos Españoles y Americanos”, hace al
referir a nuestra paisana, ya que en su página 190 dice: "Fuera de
matrimonio tuvo el Almirante don Antonio de Oquendo otro hijo en doña Ana de
Molina, natural de Torredonjimeno, villa andaluza de la provincia de Jaén, y de
noble e ilustre familia (hija de Miguel de Molina, natural de Torredonjimeno y
de doña Lucia de Zaura, natural de la villa de corral de Calatrava, en la
provincia de Ciudad-Real)."[viii]
De donde deducimos que la información que sobre la madre de Ana de Molina no es
del todo exacta, pues en los archivos, como ha quedado demostrado, aparece como
lugar de procedencia Corral de Caracuel, que bien es cierto que luego terminó
formando parte de Corral de Calatrava, así como el apellido Zuara o Estrada,
que en la documentación de los archivos de Torredonjimeno no aparece
consignada, no sabiendo si era apellido que pudiese llevar por parte paterna o
materna, o fuese el de otra mujer, casada con Miguel de Molina en segundas
nupcias, como bien pudiese haber ocurrido, ya que leyendo al marino y escritor
Rafael de Estrada, podemos encontrar en su obra “El almirante D. Antonio de
Oquendo”[ix] otro
nombre y apellidos para la madre de D ª Ana de Molina, en la cual nos comenta
el vicealmirante Estrada: “Vivía en Cádiz una hidalga familia andaluza,
natural de Torregimeno, a la que pertenecía agraciada y graciosa joven, que se
llamaba Ana, su padre era don Miguel de Molina y su madre doña Luisa Estrada.
No existen más datos ni noticias”[x].
Podemos suponer que el dato que sobre el nombre de la madre de Ana de Molina
nos da el autor del citado libro, “Luisa Estrada” Este dato es el que
puede conducirnos al porqué de la confusión de los apellidos en la progenitora
de Ana de Molina en la numerosa documentación existente sobre ella y el baile
de apellidos, pues como hipótesis, parece que
ser que, su madre “Lucía Fernández”, la que así consta en la
partida de bautismo de la parroquia de Santa María, debió de fallecer,
contrayendo su padre D. Miguel de Molina, segundas nupcias con la citada Luisa
Estrada, quedando así servido el embrollo.
"Vista interior del convento.carmelitano. Años 60"
Pero gracias a ese
alumbramiento tenemos en Torredonjimeno a nuestra, Ana Molina, que andando el
tiempo será la protagonista de uno de los hijos de Torredonjimeno de más
renombre en la Historia de España y en el Torredonjimeno de los Austrias
menores.
Ya mayor de edad,
los Molina deberá de desplazarse a Cádiz, tal vez para buscar acomodo en naves
que partieran al Nuevo Mundo en busca de fortuna, o por cualquier otra
circunstancia que se escapa a los historiadores, pero el hecho es que será en
esa localidad andaluza cuando Ana de Molina entrará en contacto con el
Almirante del la Mar Cantábrica, D. Antonio de Oquendo. La familia Oquendo
poseía casas y vinculaciones con Cádiz. Ya el abuelo de D. Antonio Oquendo, D.
Miguel de Oquendo y Domínguez de Segura había iniciado sus comercios con esa
localidad, así nos consta según el libro de Munárriz Urtasun, al explicar el
expediente de nobleza del citado don D.
Miguel de Oquendo, cuando al interrogar a un testigo sobre la limpieza de
sangre, este afirmaba que: “Miguel de Aguirre de Blancaflor, de San
Sebastián: A la 6 ª pregunta: “Qué el dicho miguel de Oquendo haze cargazón en
naos y las carga de clauazón y de arcos y de otras cosas de fierro y las envia
a Sevilla y que tiene un sobrino suyo en Cádiz que recibe las dichas
mercadurías y allí las bende y las envían a las Indias y a otras partes”[xi].
Esas relaciones comerciales entre la patria natal de los Oquendo, Cádiz y
Sevilla se trasmitirá de generación en generación, siendo participada de la
saga de los Oquendo hasta llegar a D. Miguel de Molina y Oquendo, hijo de
nuestra paisana, el cual terminaría sus andanzas marineras al naufragar en las
costas de la vecina localidad de Rota, motivo por el cual abandonaría la vida
de marino y se dedicaría a gestionar sus haciendas y a escribir.
D. Antonio de Oquendo debía pasar por Cádiz
para retirar ciertas documentaciones o para gestionar sus negocios de armador y
navegante, y sería en esa localidad cuando conocería a nuestra protagonista.
Ana de Molina, con 28 años de edad queda
embarazada de D. Antonio de Oquendo, que rondaría a la sazón los cincuenta de
edad.[xii]
"Vista actual de la fachada del Convento "
Sobre el origen del alumbramiento de D. Miguel de Oquendo y Molina
Según Ainhoa
Arozamena Ayala, el hijo de ambos, D. Miguel de Oquendo “nació
en Madrid a primeros de junio de 1627 como fruto de las relaciones de Antonio
de Oquendo y Ana de Molina. Vivió en esta ciudad hasta los tres años pasando a
continuación a casa de sus abuelos maternos en Torre Jimena (sic) (Jaén)”[xiii]
es de esa manera como Torredonjimeno acogió en sus primeros años al que andando
el tiempo llegará a ser un célebre marinero y escritor.
En 1640, el padre
de nuestro paisano, D. Miguel de Molina, el insigne marinero D. Antonio de
Oquendo, fallece en La Coruña, después de haber participado en la famosa
batalla de “Las Dunas” contra los holandeses. Por su parte, D ª Ana de Molina, seis años después del
fallecimiento del padre de su hijo, tomará la decisión de ingresar en la vida
monástica y tomará los hábitos y profesará en el Monasterio de Santa Teresa de
Jesús de Carmelitas Descalzas de Jaén, cambiando su nombre en el siglo por el
de Ana Josefa de la Concepción al profesar y aceptar el hábito en dicho
convento el 21 de mayo de 1647. En el estudio que la profesora Esiman Lasaga
realizó sobre este convento jaenero encontramos algunos datos más sobre Ana de
Molina,[xiv] y es así como sabemos que al ingresar en el
convento “Trajo su dote cabal con mui buenas limosnas para la sacristía, un
dosel y pieças de plata para serbicio del Ssmo Sacramento [...] Pasó la
escritura ante Cristóbal de Mírez, escribano público de esta ciudad”[xv]
De su estancia en aquel monasterio se llegó a decir sobre ella que era
“de carácter humilde y afable, e inclinada desde muy niña a los ejercicios
virtuosos, tenía sumo cuidado en no decir mal de nadie, aun en los casos muy
leves”.[xvi]
Fallecería el jueves 25 de febrero de 1677 a los 79 años de edad, y treinta y
uno de hábito estando enterrada “en el entierro nuebo”[xvii],
de dicho convento.
[i] Archivo Parroquial de Santa María de Torredonjimeno, (APSMT) Lib. Primero de Desposorios, 1581, folio. 22v “En cinco deste mes y año, vele y case a Miguel de Molina y a Luzia Hernández, vecinos de Corral de Caraguel, sus padrinos Juan de Arrabal y su muger Ana Hernández, testigo Cristóbal ruiz Naranjero y Alonso Martinez= Fray Rodrigo covo”[ii]Munárriz Urtasun, de E, “Los Oquendo”, consultado en internet, en http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/riev/15467493.pdf, el 18-8-09.
[iii] Íbidem
[iiii] Así aparecen estos nombres reflejados en la tabla de caballeros cuantiosos de Torredonjimeno la cual se puede consultar en la edición conmemorativa de la “Carta de Privilegio Torredonjimeno 1558”, Torredonjimeno 2008, según el estudio de M. J. Cañada Hornos, p. 41
[v] Ureña Uceda, A, “Patrimonio Arquitectónico y Urbanismo en Torredonjimeno. Desde la Edad Moderna hasta la actualidad” Diputación Provincial de Jaén, I. E. G., 2008, p.55 y 56.
[vi] Este hermano nació prematuramente temiéndose por su vida, así consta en el APSM al decirnos su partida que: “Lunes dos dias del mes de septiembre de mill quinientos noventa y seis años yo fco Cañada cura doy fe que hize los exorcismos sobre Juan, hijo de miguel de molina y de Luzia Hernández su mujer porque fui informado por nacer en necesidad en el parto... ,” APSM en el Lib. 4 de Bautismos año 1596 f. 44r[vii] APSMT, Lib. 4 de Bautismos, año 1598, folio 73v.
[viii] García Carrafa, Alberto y Arturo, “Diccionario Heráldico y Genealógico de Apellidos Españoles y Americanos”Madrid, 1969, Tomo, LXII, p. 190
[ix] Estrada, Rafael, “El almirante D. Antonio de Oquendo”, Esapsa-Calpe, Madrid 1943
[x] Op. Cit. p. 103.
[xi] Munárriz Urtasun, de E, “Los Oquendo”, consultado en internet, en http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/riev/15467493.pdf, el 18-8-09.
[xii] Para el cálculo de la edad nos basamos en la fecha de nacimiento de Ana de Molina consignada en los Archivos Parroquiales de Santa María, que es de 1598, así como con la fecha de nacimiento de su hijo D. Miguel de Molina, que fue junio de 1627.
[xiii]Arozamena Ayala, A. Consultado en internet en http://www.irutxulo.net/ENCICLOPEDIA/O.html, el 18-8-09
[xiv] Eisaman Lasaga, C. “El Monasterio de Santa Teresa de Jesús, Carmelitas Descalzas de Jaén. Historia Documentada. Diputación Provincial de Jaén, I. E. G., 1999, pp. 138 a 139. En el referido documento aparecen nombrados los padres de Ana de Molina como: “Miguel de Molina Malo y de doña Lucía Castro y Estrada”, no habiendo encontrado el autor en el archivo de la localidad ninguna referencia sobre estos apellidos vinculados a nuestra protagonista. Asimismo, en dicho estudio se indica como año de nacimiento de D ª Ana de Molina el de 1609, siendo la fecha correcta según los archivos parroquiales la de 1598. En el año 1603, aparece en los libros de bautismos la hermana de Ana de Molina “Lucía de Molina Fernández” hija de Miguel de Molina y Lucía Fernández, Lib. 4 º de Bautismos, fol. 160v, del APSM de Torredonjimeno.
[ixv Archivo del Monasterio de Santa Teresa de Jesús, primer Libro de Difuntas, p. 55, citado de Esiman Lasaga, C. “El monasterio ...” p. 338
[xvi] Op. Cit. p. 339
[xvii] Íbidem.
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