sábado, 5 de septiembre de 2015

EL SUPERVIVIENTE TOSIRIANO DE LA MASACRE DE DAR QUEB DANI

 


Miguel Cañada Moreno



 

LA TRAICIÓN DE LOS OFICIALES
 
 
Manuel Fernández Espinosa
 
 
Nació en Torredonjimeno y se llamaba Miguel Cañada Moreno. Allá por el tórrido mes de agosto de 1919 había sido reclutado y fue enviado a África, donde se libraba una crudelísima guerra contra el Moro. Este tosiriano fue uno de los pocos españoles supervivientes que pudieron contar el episodio de la matanza de Dar Queb Dani, sin deber su salvación a la traición -como los oficiales que vamos a ver a continuación.


El Coronel de Miguel Cañada Moreno fue el traidor Silverio Araújo Torres que a la luz del Informe Picasso fue condenado y posteriormente, como la mayoría de los culpables, se vio indultado, lo que era un escándalo por la impunidad en que quedó él y los señoritos que con él formaban parte de la oficialidad de dicho destacamento.


La posición de Dar Queb Dani estaba sitiada por los rifeños. Un destacamento español, del que formaba parte Miguel Cañada, está bajo las órdenes del Coronel Araújo Torres. Aráujo era a su vez el jefe de mayor rango de entre los oficiales de la posición. El cobarde Silverio Araújo Torres decide, después de debatirlo con sus oficiales, rendirse y pagar 5.000 pesetas a los rifeños para que los sanguinarios hijos de las cabilas le perdonen la vida a él y a sus oficiales. Se hace un arreglo con un emisario moro y los oficiales abandonan el puesto, después de ordenar a su tropa que abandonen las armas.


Los soldados españoles obedecen a sus mandos. La morisma asalta la posición. Y pasa a cuchillo a casi toda la guarnición, abandonada por sus jefes, mientras que se les respeta la vida a los oficiales que compraron su pellejo. Los oficiales asistieron al asesinato brutal y horrible de sus hombres, sin hacer nada por ellos, faltando al honor militar. Así dice el informe de lo sucedido:

Tras parlamentar con el jefe de los sitiadores y habiéndole hecho entrega del dinero, se ordena a la tropa que abandone las armas, momento que aprovechan los harkeños para lanzarse sobre los indefensos soldados, matando a unos 900, pero conservando la vida de unos treinta oficiales que no han hecho nada para defender a sus hombres.”

Y el informe resalta que los oficiales se marchan: “porque ya nada tienen que hacer allí”. Miguel Cañada Moreno salvó la vida sin que sepamos de qué manera pudo escapar a las gumías moras. El miserable Silverio Araújo y su oficialidad escapó con vida y más tarde, tras instruirse la investigación, Araújo fue indultado.

 

NOTA: Es un resumen de un artículo más denso del mismo autor, publicado en la Revista Cultural ÓRDAGO de Torredonjimeno (Jaén).

1 comentario:

  1. Interesante. Un pasado oscuro de nuestra historia reciente que merece sea esclarecido, y reconocidos y honrados por la historia aquellos que cayeron asesinados a consecuencia de los acontecimientos del verano de 1921 en el Rif. Sabía de la implicación en términos parecidos del general de brigada Felipe Navarro Ceballos y Escalera, barón de Casa Davalillo en Mont-Aroui pero no del coronel Araujo y los hechos de Dar Quebdani. Un saludo

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