"Vista panorámica de la localidad de Iznatoraf"
Luis Gómez.
Ya habíamos hablado en otras ocasiones en este blog sobre
el protestantismo
decimonónico en España o incluso las reacciones que, a los tosirianos por
ejemplo, les produjo el hecho de saber que se edificaba
un templo protestante en Madrid.
Al hilo de esas noticias traemos hoy, en esta ocasión, el
caso del pastor protestante en Iznatoraf a finales del siglo XIX.
El tema dio mucho de sí en su día, y hubo periódicos de
tirada nacional e ideología liberal que se hicieron eco de la noticia, poniendo
a los habitantes de Iznatoraf, poco más o menos que, de fanáticos incultos o
retrasados.
Pongámonos en situación.
Durante casi todo el siglo XIX fueron muchos los
visitantes que recorrieron los pueblos de España. La gran mayoría lo hacían movidos
por el romanticismo de la época, escribiendo en ocasiones libros de viajes al
tiempo que, muchos de ellos, escribían informes para sus respectivos países,
sobre las industrias, infraestructuras y condiciones del país anfitrión. Nos
dice así Mª del Mar Serrano en su libro “Viajes y viajeros por la España
del siglo XIX”
“En cambio, a lo
largo del siglo XIX, que es el que con preferencia nos ocupa, visitaron España
numerosos viajeros franceses como Alexandre Laborde, cuyo Itinéraire Descriptif
constituye un empeño estadístico exhaustivo que hubo de ser de gran utilidad durante
muchos años a posteriores viajeros; o Prosper Mérimée, que tanto abría de
contribuir, junto con Théophile Gautier y Alejandro Dumas, a configurar la
imagen romántica de Andalucía, o Charles Davillier y Gustave Doré que viajaron
por una España surcada ya por el ferrocarril, deseosos de recoger lo que de esa
imagen romántica de antaño quedara. Ingleses como George Borrow, cuya misión
consistente en la difusión de biblias protestantes en un país profundamente
católico prueba su amor por la aventura; o Richard Ford, cuya extensa obra
sobre España no le ha salvado del calificativo de hispanófobo. Alemanes como
GuiIlermo de Humboldt, estimulado por su amigo Goethe, el cual seguía en un
mapa colgado en la pared de su habitación el itinerario que el historiador le
indicaba en sus cartas. También italianos, como Edmondo de Amicis, interesado
por la forma en que los españoles habían recibido a Amadeo de Saboya... Las
publicaciones de relatos de viaje por España realizadas por autores extranjeros
llegó a ser tan numerosa que Ramón de Mesonero Romanos, en el prólogo de una
obra suya publicada en 1840, realizó un retrato satírico de los relatores, en
este caso franceses, contraponiendo su superficialidad a la sólida obra de
viajeros como Ponz, CavaniIles, Flórez o los hermanos Villanueva, que
necesitaron años de estudio y dedicación antes de escribir sobre sus viajes”.
En la España decimonónica, los ingleses tenían un
privilegio. Tras haber ayudado a los españoles contra los franceses en la
Guerra de la Independencia (algunos autores no consideran que los ingleses
ayudaran a España en la Guerra de la Independencia. Más bien al contrario, pues
destruyeron infraestructuras imprescindibles para el sostenimiento de las
colonias, privaron de recursos y destruyeron las incipientes competencias
mercantiles que España poseía, privándole así de unas ventajas imprescindibles en
el futuro lo cual supuso un penoso lastre a los españoles de todo el siglo XIX.
Entre los saqueos y abusos de los franceses junto con las maquinaciones de los
ingleses, España retrocedió industrialmente hablando dos siglos al pasado y
quedó sumisa y dependiente de las exportaciones extranjeras, incapaz de
montarse en el tren de la incipiente Revolución Industrial europea hasta
pasados muchos años) muchas fueron las colonias de británicos que se
establecieron en nuestro país. En Cádiz y Jerez, o en Gibraltar eran muy
numerosas, y también lo fueron en Linares, aprovechando las explotaciones
mineras. Allí se asentaron, llevando con ellos sus tradiciones, sus deportes
(tenis y fútbol) y como no, su religión protestante o evangélica. Es en ese
sentido donde debemos ubicar el caso de Iznatoraf.
Veamos como lo vendió la prensa decimonónica del momento:
"El Diario nacional "El Globo" se hace eco de la noticia"
“De Iznatoraf nos
escribe persona fidedigna dando cuenta de un nuevo abuso cometido en contra de
la tolerancia religiosa, de la civilización y de la cultura. A no abonar el
relato quien lo abona, y pese á otros hechos análogos ocurridos anteriormente
en Iznatoraf, muy en duda hubiéramos puesto semejante atentado, propio no más
que de poblaciones salvajes ó de remotos siglos.
A fines de Abril llegó á la villa un pastor evangélico, inglés de nacimiento,
y persona de distinguida educación cuanto de aspecto respetable. Subía el dia 2
por la calle del Castillo, la mas pendiente de la población, y dirigíase á su
alojamiento, cuando de pronto le asaltó una fanática turba que, no contenta con
cubrirle de denuestos, groserías é injurias, acabó por perseguirle á pedradas,
ni mas ni menos que hubieran hecho con algún padre franciscano ó dominico los
igorrotes famosos de Primo de Rivera.
El pastor, oyendo impasible los insultos de un centenar de mujeres y de
otros tantos hombres, y recibiendo con la cabeza baja la lluvia de proyectiles que
sobre él descargaba un bando de rapaces, hubo de recorrer un largo trayecto
hasta que encontró, tras las puertas de su casa, el necesario refugio.
Para colmo de escarnio, la autoridad envió á apaciguar el tumulto la mujer
de un alguacil, la cual (bien conocida, ciertamente, por sus malas costumbres),
arengaba á la turba multa con las siguientes frases: «Insultadle cuanto
queráis, mas no le tiréis piedras.» A tal punto hemos llegado después de trece
años de tolerancia religiosa, después de proclamada hace tres siglos la
libertad de conciencia. Hay españoles que atacan á un hombre inofensivo, á una persona
que ni siquiera alardea de su religión ó de su culto, como ya ni en Marruecos,
ni en Asia, ni en Oceanía se ataca á los misioneros católicos. Bien hará el
misionero evangélico en llevar ante los tribunales á los agresores, pero mejor
hará el gobierno, puesto que así cumplirá con su deber, exigiendo estrecha
responsabilidad á las autoridades que tal han consentido. Y por cierto que
dichas autoridades son consentidoras netas, que por ahora han sabido salir á
flote del naufragio” (Diario “El Globo
Ilustrado” 7/05/1881)
"Vista de una de las calles de Iznatoraf. (Foto Natalia y Alejandro)
Tal y como se puede apreciar, el periodista, al calor de
su ideología liberal, trata de vender el asunto como un caso de atropello o
fanatismo integrista. El liberalismo de la época quería arrasar con el clero y
el trono, arremetiendo duramente contra estas instituciones. La masonería
europea y española están cuajados de ese sentir, e incluso se crearon cabeceras
editoriales dedicadas a ese aspecto (Un ejemplo de ese tipo de prensa es: “Las dominicales del libre pensamiento”
cabecera radical muy crítica con el clero y los conservadores. Puede verse un
ejemplo de lo que se habla en esta
entrada de este mismo blog).
"El sabio español, D. Marcelino Menédez y Pelayo"
Don Marcelino Menéndez y Pelayo, en su obra “Historia de los Heterodoxos Españoles”
recoge este mismo caso del pastor evangélico, pero nos da otra visión sobre lo
sucedido. Dice así el sabio español:
“En el obispado de
Jaén intentaron algo, con éxito muy dudoso, los mineros ingleses y alemanes de
Linares, abriendo una capilla y comprando algunas apostasías, de las cuales fue
muy ruidoso, después de la Restauración, el caso de Iznatoraf, donde un infeliz
que se decía pastor evangélico, subvencionado por una señora inglesa, reclamó
contra el párroco, que había bautizado a un hijo del susodicho pastor a ruegos
de su madre. El ministro de la Gobernación, que lo era entonces el Sr. Romero
Robledo, dio la razón al pastor contra el párroco, recomendó la caridad y la
tolerancia y reprobó la conducta del alcalde que había tenido la entereza
suficiente para encararse a que la forastera violentase con dádivas o con
halagos la voluntad de los padres de la recién nacida”. (Historia de los
Heterodoxos españoles, tomo II, Pág. 1.147, BAC, 1,956)
Es decir. Una mujer inglesa, haciendo proselitismo de su
religión, daba grandes sumas de dinero a un hombre que decía ser de la religión
evangélica y ser por lo tanto pastor protestante. Ese dinero debía de servir
para que el pastor sufragase sus gastos como misionero evangélico en nuestro
país. Al parecer una hija recién nacida en el domicilio de este pastor es
llevada por la propia madre al sacerdote católico de la localidad de Iznatoraf
para ser bautizada, motivo por el cual protesta el pastor evangelista. El
pueblo llano se entera de lo sucedido y entra en liza, armándose el consiguiente
lío que llegó a trascender de lo anecdótico local a lo nacional.
Aunque han pasado muchos años de este suceso, el hecho
sigue dando de qué hablar. El sacerdote oriundo de Iznatoraf D. Pedro J. Agudo,
escribía en el blog Iznatoraf.info, que hacía
tiempo, y debido al hecho de haber publicado el sacerdote un libro sobre Iznatoraf,
coincidió con otro señor que era pastor evangélico, el cual había leído su
libro y el caso del pastor protestante que nos trata y dice así D. Pedro sobre
el asunto:
“Tenía y me dio
tres fascículos con el título común de “Cuadernos de la Iglesia Evangélica de
la provincia de Jaén”: uno, dedicado a IZNATORAF, otro, a VILLANUEVA DEL
ARZOBISPO y el otro lleva por título D. ROBERTO J. SENINGTON, EL PRIMER
MISIONERO INGLÉS DE LAS ASAMBLEAS DE
HERMANOS QUE ESTUVO EN LINARES y que el año 1884 visitó también Iznatoraf,
Villacarrillo, La Cañada de la Madera, y otros sitios de la zona.
En los tres fascículos pone de relieve cómo nacieron y vivieron las
primeras comunidades protestantes en esta zona. Al texto de la Historia de los
Heterodoxos Españoles, referente a Iznatoraf, recogido también por el autor de
dicho fascículo, lo llama “texto Oficial”, y a él contrapone los fascículos
como la versión verdadera.
En el fascículo de Iznatoraf presenta una lista, de hombres y mujeres, 19
en total, escrita a mano, que formaban la comunidad de cristianos evangélicos
en el año 1890”.
Las informaciones parecen contradictorias, y el suceso no está claro del todo. otro autor, el historiador Juan Bautista Vilar, en su libro “Un siglo de protestantismo en España (Aguilas-Murcia, 1893-1979)”
nos dice en la página 38 sobre este caso:
“(León B. Amstrong)
era inglés, pero conocía bien el país y el idioma al término de un cuarto de
siglo de residencia. Era un rico comerciante que liquidó sus negocios para
dedicar su tiempo y dinero a dar testimonio del Evangelio”. Un poco más
abajo, nos sigue diciendo el mismo autor: “El
pastor llegó a Águilas acompañado de su esposa Julie, auxiliar eficiente en
todas sus actividades. Aunque relacionados con la obra bautista, los Amstrong
no dependían en el aspecto financiero de ningún comité nacional, ni recibían
apoyo pecuniario regular de nadie. Se mantenía con sus propios recursos. Sólo
de tarde en tarde les llegaban donativos de Inglaterra, Suecia y los Estados
Unidos.” Dicha información aportada por Juan Bautista, autor del libro,
discrepa de lo indicado anteriormente por D. Marcelino Menéndez Pelayo, quien
si sabía de las aportaciones recibidas de una viuda inglesa. Pero no es la
única información contradictoria. Sigue diciendo Juan Bautista Vilar en su
libro: “El matrimonio estuvo anteriormente
en Mérida y en el pueblecito jienense de Iznatoraf, próximo a Villanueva del
Arzobispo. Trajeron con ellos una chica de ese pueblo, Leonor Gutiérrez, a la
que educaron y trataron siempre como una hija”. En las notas del libro, el
autor nos revela que a Leonor “La casaron
con un colportor (El colportor es una persona, por lo general bien vestida,
que llama a las puertas de las casas para ofrecer el Evangelio o vender la Biblia protestante. Actualmente,
los Testigos de Jehová suelen ser los más asociados con la figura del
colportor en nuestra región) apellidado Manjón, que debió conocerla durante
una visita a Águilas. Ya anciana, murió hará unos años en Albacete, donde un
hijo suyo figura entre los dirigentes de la importante congregación bautista
local”.
"Retrato de un colportor de principios de siglo. Vendían sus Biblias por las casas"
Tenemos así que al parecer, la mujer que quedó embarazada era la joven Leonor Gutiérrez, que era oriunda de Iznatoraf. Podemos suponer
que tendría algún escarceo amoroso fruto del cual le nacería un hijo. No
sabemos si movidos por el padre de la criatura o por propia iniciativa de
Leonor, el hijo recién nacido es llevado al sacerdote católico de la localidad
para su bautismo. Enterado de todo el pastor protestante, es cuando se debería
de haber liado el enojoso asunto local. Por lo que se apunta en la lectura de
Juan Bautista Aguilar Vila, Leonor, con el paso del tiempo, se casaría una vez que Léon y su esposa
Julie abandonaron Iznatoraf camino de la localidad murciana de Águilas. No sabemos decir si
el hijo que en la localidad de Albacete lidera la comunidad bautista es el
nacido en Iznatoraf u otro vástago nacido del matrimonio entre Leonor y el colportor
Manjón.
BIBLIOGRAFÍA:
MENÉNDEZ PELAYO, M. “Historia de los Heterodoxos
Españoles” Tomo II. La BAC. Madrid 1961
BAUTISTA VILAR, J. “Un
siglo de protestantismo en España (Aguilas-Murcia, 1893-1979) Aportación
al estudio del acatolicismo español contemporáneo” Murcia. Cátedra
de Historia Contemporánea, Universidad de Murcia, 1982.
SERRANO, Mª M. “Viajes
y viajeros pro la España del siglo XIX” Cuadernos Críticos de Geografía
Humana, Barcelona 1993
Diario “El Globo
Ilustrado” 7/05/1881
Blog de
Cassia (Varios artículos)
Blog “Iznatoraf.info”
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