"Una de las últimas fotografías en las que se ve a D. Juan Párraga, en la presentación de su libro Vida de un cura Feliz "
Luis Gómez y Manuel Fernández
Este mes de enero, el día 16, nos dejó el que fuera párroco de San Pedro de
Torredonjimeno D. Juan Párraga Barranco.
Don Juan recaló en la localidad por decisión del que por entonces fuera
obispo de Jaén D. Santiago García Aracil. Tras una reforma del sacerdocio de la
diócesis, estimó oportuno que el que por ese entonces era titular de San Pedro
de Torredonjimeno, D. Manuel Peláez, pasase de arcipreste a vicario de la
localidad de Villacarrillo y en su sustitución viniese D. Juan Párraga.
No lo tenía fácil, y no era pequeña la tarea que se le encomendaba a don
Juan. D. Manuel ya había recibido la orden del obispado de erigir un nuevo
templo en el barrio del Olivo, pero con su traslado, todo quedaba en suspenso.
Todo quedaba por hacer para el sucesor.
D. Juan, hombre activo y emprendedor donde los haya, no tenía ya la
juventud ni la fortaleza de antaño, cuando había levantado las casas de retiro
y para monaguillos en Ibros y Baeza, pero aceptó el reto y se puso manos a la
obra.
"Fachada de la Iglesia de Nuestra Señora del Olivo de Torredonjimeno. Templo que realizó D. Juan Párraga para Torredonjimeno"
Fue en San Pedro donde nos lo encontramos, y desde ese día, una amistad
sincera nos unió. Continuamos con la labor que llevábamos realizando con la
edición de la hoja parroquial “El Apóstol de San Pedro”, pero que don Juan
elevó de categoría de revista y la llevó a la imprenta. En dicha publicación se
recoge, casi por completo, las grandes reformas que llevó a cabo en nuestro
pueblo este gran párroco. Mes a mes y de una forma casi titánica y sin
descanso. Si había algo que tenía don
Juan por encima de todo era su tesón y su intensa capacidad de trabajo.
Tanto unas obras como otras eran polémicas, pues la deuda de San Pedro
crecía de forma exponencial para poder llevar a cabo tan magna labor y la
capacidad de generar ingresos de una modesta parroquia como es la de San Pedro,
no era muy grande.
En los consejos pastorales, los colaboradores mostrábamos nuestras
diferencias para con don Juan, más casi
siempre, él llevaba a cabo sus proyectos adelante, pues creía más en sus posibilidades
y en Dios que los demás que allí estábamos.
Así que se puso manos a la obra, -nunca mejor dicho-, y se embarcó en la
edificación del templo de Nuestra Señora del Olivo. Obra que fue haciéndose
poco a poco hasta su terminación y su bendición por parte del Obispo don
Santiago.
"Ermita del Calvario. Restaurada y puesta en valor gracias a D. Juan Párraga"
"Cristo del Calvario. Antonio Ureña lo trajo de Portugal para goce y disfrute de los tosirianos"
De don Juan recordamos particularmente los viajes a Portugal, a Braga o a
Fátima, para recuperar los magníficos azulejos portugueses que adornan el Vía
Crucis de la Iglesia del Olivo.
El Calvario fue su otra gran obra. Ermita en estado de ruina y abandono
durante decenios, fue levantada de nuevo con gusto y celeridad, convirtiendo,
otra vez, El Calvario, en un monte de paseo y recreo para cientos de
tosirianos.
El crucifijo que decora la capilla del mismo, es de Portugal. Allí fuimos a
buscarlo junto al gran colaborador de don Juan en esos proyectos, Antonio Ureña
y él sería el encargado de traerlo en otro viaje.
"D. Juan con Dª Ana Garrido Navarro. Loperana que en el año 2001 era Presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Cataluña".
No sólo se reformó el Calvario o se levantó el templo del Olivo. Hoy es
corriente que los días de ordinario se
celebren misas en San Pedro en la Capilla que dicho templo posee en la calle
San Pedro. Fue idea y obra de don Juan la reforma que se experimentó en ese
lugar y a él se la debemos todos los devotos tosirianos. Una capilla donde se
expone el Santísimo y donde los fieles podemos rezar en recogimiento y oración.
Por delante quedan viajes y más viajes. Si algo caracterizó la estancia de
don Juan en Torredonjimeno es su gran capacidad para viajar. Viajes a Pamplona,
donde se realizaba frecuentes chequeos médicos. A Barcelona, a presidir la
romería de la Virgen de la Cabeza que celebran los emigrantes andaluces en esa
ciudad y a la cual le invitaron. Campamentos o colonias juveniles en Andújar,
en el Cerro del Cabezo, donde los jóvenes que lo desearon disponían de unos
días de recreo y descanso estival.
"Cocinas del Centro pastoral de la Iglesia del Olivo, obra de don Juan Párraga"
Otra gran labor realizada por D. Juan fue la dotación de cocinas y
equipamientos para el centro pastoral de Nª Sra. Del Olivo. Gracias a ello se
aprovecharon las instalaciones y se pudieron ofrecer comidas y cenas benéficas
para recaudar fondos. Y así un largo etcétera de actividades que don Juan llevaba
a cabo a lo largo de su vida y que le obligaba a sufrir un ritmo de vida muy superior
al de sus menguadas fuerzas físicas.
Sirva este pequeño artículo de homenaje y recuerdo de su memoria.
Descanse en paz, don Juan Párraga Barraco y alúmbrele luz perpetua.
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